Haz del desayuno un magnífico reclamo para tu hotel
Llegan las vacaciones y las reservas en los hoteles se multiplican. Pero, ¿sabes hasta qué punto es importante ofrecer un buen desayuno en tu establecimiento? Toma nota.
Verano es sinónimo de descanso. Y, para disfrutar al máximo de la merecida desconexión y los días soleados, no hay nada como olvidarse de las preocupaciones. Por eso mismo, los hoteles que ofrecen desayuno son la opción predilecta de muchos turistas. De hecho, muchos de ellos reservan fijándose específicamente en este aspecto, como demuestra una encuesta realizada por la compañía de marketing y estudios de consumo Skift, que evidencia que el 42,4% de personas considera que el desayuno es el servicio más esperado en un hotel. La cifra lo dice todo.
Y es que, ya sea para pasar un inolvidable día de playa o hacer turismo urbano, el desayuno es crucial. Estudios científicos sugieren que desayunar correctamente se relaciona con una mayor ingesta de nutrientes a lo largo del día, con una mejor cobertura de las recomendaciones nutricionales y con una mejor calidad de la dieta. Por tanto, si tienes un hotel, no lo dudes: ofrecer el desayuno es una de esas apuestas con las que siempre se sale ganando.
Pero, ¿qué ofrecer? Y, sobre todo, ¿cómo hacerlo para que los alimentos sean tan sabrosos como rentables para el negocio? Gracias a las masas congeladas, hoy en día es más fácil que nunca disponer de una gran variedad de productos con los que cautivar a los inquilinos de un hotel. Las masas congeladas de panadería, que permiten conservar las cualidades de los alimentos intactas, se convierten en las grandes compañeras en este viaje gastronómico.
Cabe recordar que, cuando uno está disfrutando de sus ansiadas vacaciones, quiere que la experiencia sea lo más completa posible. Eso incluye, por ejemplo, desayunar alimentos que, de normal, no tendría tiempo de prepararse en casa. En lugar de tomar un café con leche y un par de galletas a toda prisa, en el desayuno de un hotel uno se puede recrear. Y, por eso, conviene que tengas todo tipo de productos a disposición de tus huéspedes.
Qué ofrecer en el desayuno de un hotel
¿Qué tomar de desayuno? ¿Bollería salada? ¿O un suculento croissant de chocolate? Aparentemente, la decisión dependerá de lo que se haya cenado la noche anterior y lo que exija el cuerpo acorde a ello. Además, aquí entra también un factor cultural importante, puesto que no todos los inquilinos tendrán las mismas ganas de tomar salado o dulce para desayunar. En cualquier caso, conviene tener ambas opciones a su disposición para asegurarse de que quedan contentos. Un desayuno que acoge todo lo anterior es, por ejemplo, el continental.
En el caso de lo salado, el pan es la respuesta. Gracias a las características del pan precocido congelado, puedes disponer de múltiples variedades: pan de molde con alto contenido en fibra, pan cristal, hogaza de espelta, pan rebanado, pan de leche… Y no todos sirven al mismo propósito. Mientras que estos primeros pueden ser más adecuados para hacer tostadas con aceite y sal o un poco de tomate restregado, otros, como los panecillos (por ejemplo, el mini chapata), serán más indicados para preparar un pequeño tentempié con fiambre.
Por supuesto, todo buen desayuno de hotel tiene que tener placeres dulces: la anhelada bollería. La masa de bollería o la masa de croissant hace que sea muy sencillo disponer de este tipo de productos de forma cómoda, rápida y según la demanda. ¿Los productos que más triunfan? Normalmente, los clásicos: los de toda la vida. Aunque, eso sí, también se pueden incorporar otras variedades, ya que actualmente la diversidad es prácticamente infinita. Y otras tantas opciones dulces con las que deleitar a los comensales: caña de chocolate, hojaldres de manzana, napolitanas de crema…
Una vez se recogen los alimentos en la zona del buffet, llega el turno de sentarse en la mesa y, simplemente, dejarse llevar. Y cómo apetece tener tiempo para paladear los alimentos y tener una charla distendida después de meses de ritmo frenético. Tener un desayuno en tu hotel también permite que se creen estos momentos que tanto valorará el huésped.
Este, por cierto, también tiene cada vez más en cuenta lo saludable. Por ello, además de los productos anteriores, no está de más incluir fruta en la oferta (además, por sus colores, genera un efecto llamativo muy deseable). Por último, el desayuno debe estar aderezado con zumo, café o té de calidad que logren culminar con la experiencia de forma positiva. Si en la zona en la que está tu hotel hay un producto típico local también puede ser interesante incluirlo.
Aquellos hoteles que quieran ir un paso más allá y salirse de los estándares clásicos, también pueden apostar por productos un poco más sofisticados o innovadores. Por ejemplo, las tulipas (que pueden tener sabores tan variados como triple chocolate, albaricoque, toffe y chocolate, o frutos rojos) o los hoops. Los surtidos premium de bollería también pueden incluir palmeritas, mini pepitos, o empanadas; mientras que los surtidos premium de pan pueden ofrecer, entre otros productos, flautín multicereales, hogaza con chía, o hogaza con avena, pasas y miel.
Sea cual sea los productos que elijas para tu hotel, recuerda: no hay nada mejor que una buena alimentación para garantizar la máxima satisfacción del visitante.