El bocado compartido sabe mejor

El 26 de julio se celebra el Día de los Abuelos, y qué mejor forma de reconocer todo lo que hacen que compartiendo mesa y comida.

Los abuelos, ¡qué figura tan importante en la familia! El 26 de julio se reconoce, precisamente, su aportación y valor. Una fecha que, eso sí, no es casual, y que hunde sus raíces en la tradición cristiana. El 26 de julio se celebra Santa Ana y San Joaquín, padres de la Virgen María y, por tanto, abuelos maternos de Jesús. Se les considera, así, “patrones de todos los abuelos”.

Los abuelos, además, son una figura crucial en el seno familiar, no solo para los hijos, sino también para los nietos, con quienes crean un vínculo muy especial. Son tiernos, consentidores, sabios. Miman, aconsejan y cuidan. Transmiten amor, bondad y comprensión, y siempre tienen una batallita que contar, un plato exquisito que preparar en la cocina y una palabra amable que decir a sus seres queridos. Todo un modelo en el que inspirarse.

El 26 de julio es, pues, una fecha ideal para pasar el día con los nuestros abuelos para celebrar esta fecha como toca. El cómo: en una panadería, cafetería u horno y con un desayuno (claro) de diez. Si es tu caso, y regentas un establecimiento de estas características, seguro que tu clientela agradecerá que tengas preparado para este peculiar día unas buenas tostadas que les hagan recordar a nuestros abuelos esos días de desayunos infinitos de su infancia. Y te damos dos suculentas opciones para ello.

La hogaza de maíz con semillas, elaborada con harina de trigo y harina de maíz, incorpora unas deliciosas y atractivas semillas y pipas de girasol en su masa y también en su superficie, que en este caso está coronada, además, por sésamo, amapola, lino y copos de avena. Su tamaño mediano también es ideal para hogares pequeños o consumir en menos tiempo, así que no está de más que dispongas de algunas de ellas para tu clientela por si se les antoja llevarse una de estas piezas a sus casas.

La hogaza clásica es tu otra gran aliada. Como el pan de antaño (cualquier persona mayor le da valor a esas recetas de antes), tiene ingredientes 100% naturales y está cocido en horno de piedra. Con corteza rústica, miga suave, y sabor y aroma inigualable, su elaboración tradicional permite una alta hidratación que se traduce en que mantiene su miga fresca durante más tiempo.

Desayunar tostadas con nuestros abuelos en un planazo para verano, pero tampoco hay que descartar que puedes ofrecer otros ricos bocados dulces como el croissant de chocolate blanco, el croissant de chocolate de barrita, el croissant de crema de chocolate con avellanas (uno de los últimos lanzamientos que ya se ha convertido en imprescindible) o el croissant artesano de margarina para acabar de redondear este desayuno tan familiar.

Porque lo importante es compartir con nuestros abuelos este día, pero si podemos compartir (además) algo rico de comer, será directamente insuperable.

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