El agua en la industria alimentaria

El 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua. En la industria alimentaria su valor es incalculable, tanto en los procesos de producción, como en los alimentos que se consumen.

Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua para destacar la importancia del agua dulce y abogar por su gestión sostenible. Este año, el tema central es la preservación de los glaciares, esos gigantes de hielo que almacenan aproximadamente el 70% del agua dulce de nuestro planeta. El agua es, sin duda, uno de nuestros bienes más valiosos. Y es que, desde la agricultura hasta el procesamiento y la conservación de alimentos, este recurso natural juega un papel crucial en cada etapa de la producción, agrupando entre todas sus etapas casi un 70% del consumo de agua dulce a nivel mundial.

¿Qué podemos hacer en la industria alimentaria?

Si hablamos de gestión sostenible del agua, un recurso natural (a fin de cuentas) limitado, hay varios puntos que podemos tener presentes para ser más responsables con su uso:

1. Implementar tecnologías de ahorro de agua: Adoptar sistemas de filtración y recuperación de agua que optimicen su uso en las plantas de producción.

2. Modernizar equipos de procesamiento: Utilizar tecnologías avanzadas que reduzcan el consumo de agua y energía como, por ejemplo, la limpieza CIP (Cleaning in Place).

3. Analizar datos operativos: Monitorizar el uso del agua para detectar fugas y mejorar la eficiencia de los procesos.

Beneficios del ahorro de agua en la industria alimentaria

Mediante un consumo responsable del agua no solo mejoramos nuestra imagen corporativa, sino que optimizamos también nuestros procesos. Las ventajas de nuestro compromiso con una mejor gestión del agua son diversas:

1. Reducción de costos: Menor consumo de agua significa menores gastos operativos y mayor eficiencia económica.

2. Sostenibilidad ambiental: Conservando el agua, ayudamos a preservar los ecosistemas y reducir la huella hídrica de la producción alimentaria.

3. Mejora de la imagen corporativa: Las empresas que adoptan prácticas sostenibles son vistas como responsables y comprometidas con el medio ambiente, lo que puede atraer a consumidores conscientes.

4. Innovación tecnológica: Implementar tecnologías de ahorro de agua impulsa la innovación y mejora la competitividad en el mercado.

El agua, también en el pan

Por todo lo mencionado anteriormente, el agua es muy importante para la industria alimentaria. También es un ingrediente esencial de muchas elaboraciones y recetas, y sin duda un elemento indispensable en la elaboración de un alimento muy nuestro: el pan. No en vano, el agua permite la formación del gluten y afecta a la consistencia de la masa.

Gracias a las masas congeladas, puedes conseguir pan precocido congelado en tu establecimiento de forma fácil y sencilla. Los productos de estas características se elaboran con todo el cariño y el mimo posible y se congelan en la última fase, permitiendo que conserven intactas sus cualidades hasta el momento de descongelado y golpe de horno. Las opciones a las que puedes acceder, además, son diversas, e incluso puedes encontrarte, dependiendo del pan, distinta cantidad de agua.

En el pan seco, por ejemplo, la cantidad de agua agregada a la masa es igual o menor al 45% del peso de la harina, mientras que en el caso del pan blando, se añade entre el 50% y el 60% de agua sobre el peso de la harina. Para preparar pan muy hidratado, por último, la proporción de agua añadida a la masa debe ser superior al 70% del peso de la harina.

Pan más o menos hidratado, pero siempre con suculentas ventajas

Los panes más hidratados, esto es, los que tienen más agua, suelen presentar unas características muy concretas. Su corteza es crujiente y delgada, la masa interior presenta agujeritos que le dan un aspecto artesanal y apetecible (es lo que conocemos como “miga alveolada”) y se conservan, en general, mejor. Esto es debido a su alta hidratación y fermentación. Por último, pero no menos importante, la textura de la miga es más suave y ligera, lo que facilita la digestión.

Por otro lado, los panes menos hidratados tienen una miga más densa y homogénea, y una corteza menos crujiente, ideal para quienes prefieren una textura más suave. Uno u otro, son panes que siempre triunfan en un establecimiento, ya que permite que cada consumidor escoja el que más le conviene en cada momento.

En este Día Mundial del Agua la industria alimentaria debe aportar y ser consciente de cada gota de agua que emplea. El compromiso y la responsabilidad con este recurso natural es obligación de todos.

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