Cómo frenar el desperdicio de alimentos

El desperdicio alimentario es una problemática a nivel global. Afortunadamente, existen formas de combatir esta situación.

Poner fin a la pérdida y el desperdicio de los alimentos es uno de los objetivos que persigue el Día Internacional de la Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de los Alimentos que tiene lugar el 29 de septiembre. A nivel global, aproximadamente el 13% de los alimentos producidos se pierden entre la cosecha y la venta, y a ello se suma que el 19% de la producción total de alimentos se desperdicia después en hogares o en restauración. Son datos de las Naciones Unidas que advierten de esta manera sobre esta gran problemática.

Evitar la pérdida de grandes cantidades de alimentos depende de muchos factores, desde causas naturales hasta malas decisiones y prácticas llevadas a cabo por el ser humano. Es urgente atajar estas cuestiones y apostar por un mayor cuidado de alimentos para evitar en todo lo posible la pérdida y desperdicio de estos. Con una mayor conciencia y compromiso es posible poner sobre la mesa soluciones que permitan hacer las cosas de otro modo.

Comprar productos locales y de cercanía, y gestionar bien los alimentos que se adquieren son dos decisiones clave. Si algo hemos aprendido de legados pasados es que la cocina de aprovechamiento es muy útil para darle vida a los alimentos que están a punto de caducar o echarse a perder. Por otro lado, también es importante comprar sólo lo que necesitemos y de manera sostenible, por ejemplo, intentando consumir alimentos de temporada.

Las masas congeladas son, además, un gran recurso para combatir el desperdicio alimentario. Si tienes un negocio de hostelería o una panadería, cafetería, horno o supermercado, ya conocerás un poco sus ventajas. Las masas congeladas permiten que dispongas de productos ultracongelados que, únicamente al descongelarse, o tras un rápido golpe de horno, están en perfectas condiciones, tanto de sabor como textura: pan, bollería salada, dulce… Pero ahí no acaban las ventajas de este tipo de alimentos.

Y es que gracias a las masas congeladas para hostelería y las masas congeladas para panadería podemos contribuir a frenar el desperdicio alimentario, ya que, al hornear y ofrecer a la clientela únicamente lo que necesitemos, evitaremos que haya productos que tengamos que acabar tirando cuando acabe el día. Ajustarse tanto a la demanda significa ser más consciente y, sobre todo, sostenible. También podrás planificar mejor qué funciona en tu negocio, qué no; y actuar de forma coherente cuando tengas que volver a incorporar nuevos productos.

El pan precocido congelado, por cierto, puede guardarse durante meses en estado de congelación, y permanecerá así, con sus cualidades intactas, hasta que decidamos hornearlo. Esta mayor flexibilidad no solo te supondrá interesantes beneficios, sino que también contribuirá a cuidar de nuestro planeta.

Si además cuentas con proveedores de confianza, firmemente convencidos de que la sostenibilidad es el camino, mucho mejor. Porque no todo vale. Hay que revisar procesos, ser más eficientes, asegurarse de cuál es la forma más adecuada de hacer las cosas. En Panamar Bakery Group llevamos años sometiendo a revisión nuestra política de sostenibilidad y queremos seguir creciendo y avanzando en este sentido.

En este Día Internacional de la Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de los Alimentos es momento de tomar conciencia de todo lo que podemos hacer por el mundo que nos rodea.


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