Cómo acertar siempre: el caso de la pizza de jamón y queso

Hay varios motivos que explican por qué la pizza es un alimento que cuenta con tantos fans y adeptos en todo el mundo. La de jamón y queso, concretamente, es de las más populares, y uno de los productos que no pueden faltar en tu establecimiento.

Hay pocos productos de los que se pueda hablar con la certeza de que van a gustar siempre sí o sí. La pizza es uno de estos alimentos privilegiados. Solo hace falta que hagas la prueba a tu alrededor: casi nadie puede rechazar una pizza cuando se la ofrecen. Y lo cierto es que, aunque parezca imposible, tiene una explicación.

El primer motivo por el que la pizza vuelve loca a tanta gente tiene que ver con el llamado quinto sabor o “umami”, un concepto descubierto por el japonés Kikunae Ikeda. El umami es un sabor que se obtiene al degustar en boca los otros cuatro, esto es, ácido, amargo, dulce y salado. El umami logra que áreas del cerebro relacionadas con la recompensa se activen y generen la placentera sensación de que lo que se está comiendo es delicioso. Al comer pizza, este quinto sabor se desata.

Pero, además, los ingredientes de la pizza (y en especial el queso) influyen mucho en su éxito. Estos pueden producir cambios rápidos en el sistema de dopamina, comúnmente conocida como la “hormona del placer”, y provocar, por tanto, un estado de bienestar. El queso, por otro lado, contiene una sustancia llamada caseína que también estimula los receptores de adicción y recompensa cuando se consume.

Están claras las razones de por qué gusta tanto la pizza, pero en concreto hay una que de forma particular no tiene rival: la pizza de jamón y queso rectangular. A estas alturas, y gracias a los beneficios de las masas congeladas, ya sabrás que puedes incorporar a tu negocio productos riquísimos que solo necesitan unos minutos de descongelado y un rápido golpe de horno para estar tremendos. Pizzas hay muchas, en efecto, pero esta, por sus ingredientes principales, suele ser un acierto seguro.

Hay algunos motivos que la avalan. Para empezar, su base esponjosa y alveolada (elaborada con harina, agua y un toque de aceite de oliva virgen) a la que se añaden ingredientes como el tomate, el jamón cocido y el queso mozzarella a mano. Para seguir, no tiene bordes, lo que hace que los ingredientes ocupen toda la superficie y el sabor se concentre todavía más. Y, por último, pero no menos importante: su forma y tamaño es perfecto para comer, pero también para hornear, ya que ocupa toda la bandeja del horno y ayuda así a la optimización de recursos.

Puedes encontrar muchos productos que incluir en tu expositor gracias a las masas congeladas para hostelería o las masas congeladas para panadería, pero no dudes en incluir la pizza de jamón y queso rectangular también en tu establecimiento. No te arrepentirás.

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