Tienta a tus clientes con la gran sensación de la temporada. Sabor e innovación a partes iguales.

La napolitana es uno de los productos estrella dentro de la bollería. Con relleno dulce o salado, gusta a todo el mundo por igual. ¿Qué tiene para ser tan popular? Lo descubrimos.

Aunque debido a su nombre se podría pensar que la napolitana procede de Nápoles, su origen, en realidad, es un misterio. De hecho, se considera que sus homólogos más inmediatos no serían los dulces italianos, sino los franceses y, concretamente, el famoso ‘pain au chocolat’. Pero, eso sí, venga de donde venga la napolitana, lo que sí que está claro es que es un producto que siempre triunfa en una panadería, cafetería u horno. Y es fácil saber por qué.

Actualmente, y gracias a las masas congeladas para panadería, es realmente sencillo y rentable disponer de napolitanas en cualquier negocio. Elaboradas con mimo y con los mejores ingredientes, con un relleno dulce o salado igualmente exquisito, cuando son congeladas sus características quedan intactas hasta el momento de darle un golpe de horno y ofrecerlas a la clientela. Las masas congeladas, así, permiten que tengas el tipo de producto que más te convenga en tu expositor con todas las garantías de calidad, sabor y textura. Con las posibilidades que ofrece la distribución de bollería congelada resulta más fácil que nunca acceder a estos sabrosos productos.

Pero no nos desviemos del tema: las napolitanas. Sabiendo ya lo sencillo que es que las tengas en tu establecimiento, cuáles elegir es la siguiente pregunta que te deberías hacer. Y es que, aunque inicialmente podemos pensar que las triunfadoras son las dulces, como la súper napolitana de chocolate o la napolitana de crema, cada vez hay una mayor demanda de sabores salados como la napolitana mixta (jamón york y queso) o las mini napolitanas surtidas (atún, sobrasada, salmón…) ideales para tomar como snacks.

 Cabe recordar que la napolitana es una pieza de masa esponjosa y hojaldrada, similar al croissant, pero con distinta apariencia, puesto que en el caso de la napolitana su forma es rectangular y plana. Con un delicioso decorado por encima (trocitos de almendras, cacahuetes o queso rayado) y unas pinceladas de huevo, su aspecto brillante y apetitoso es capaz de seducir a prácticamente todo el mundo. Pero, ¿qué pasa si su relleno, además, se aleja de todo lo que habías degustado hasta ahora y sumerge a tu cliente en un mundo de sabores nuevo y desconocido? Es lo que sucede con la gran protagonista del momento: la napolitana de caramelo.

 

Una explosión de sabores

La napolitana de caramelo con mantequilla es la gran sensación de esta temporada. Y normal que sea así. Elaborada con un 29% de mantequilla tradicional en la masa, el aroma que desprende después de su horneado es capaz de atraer la atención de cualquier persona que se encuentre paseando por tu pastelería, cafetería u horno, que se sentirá inmediatamente atraída por esta pieza de bollería tan sumamente refinada.

Pero, si hay algo que realmente hace diferente a esta deliciosa napolitana de caramelo, es su relleno. Su exquisito relleno de crema de auténtico caramelo con un sutil toque salado será todo un deleite para tus clientes. Bañada con huevo y decorada con granillo de cacahuete troceado, cada bocado de la napolitana de caramelo se convertirá en una explosión de sabores tan increíble como agradable. El dúo más irresistible lo forma, además, con la napolitana cremichoc de mantequilla; ambas opciones son perfectas para los clientes más exigentes.

Y es que la mantequilla fina de esta napolitana de caramelo se elabora de forma tradicional a partir de crema de leche fresca batida durante horas. Procedente de vacas alimentadas en invierno con pasto natural, su tonalidad color crema y su aroma a leche se imprime en cada pieza de bollería dulce. Simplemente sublime.

 Si quieres aportar un toque atrevido a tu expositor, prueba con nuevos rellenos como el de la napolitana de caramelo. No pasarán inadvertidos, te diferenciarán de la competencia y cautivarán a un consumidor que busca, cada vez más, sorprenderse y sentir nuevas experiencias. Romper la rutina con nuevos sabores nunca fue tan sencillo ni tan delicioso.