Así es el inconfundible sabor del Pan Labriego

Maíz y semillas de girasol. Estos son algunos de los ingredientes del Pan Labriego, que cuenta, además, con muchas otras cualidades para convertirse en un imprescindible en tu negocio. Te contamos por qué.
El Pan Labriego es el resultado de unir el inconfundible sabor del maíz con la textura y el toque untuoso de las semillas de girasol. Se posiciona, por tanto, como una pieza de corteza fina y muy crujiente que ofrece una experiencia muy agradable al morder y, sobre todo, degustar. La greña que cruza toda su superficie le confiere un toque rústico y, además, supone toda una sorpresa para cualquier comensal, ya que revela el tono amarillo del interior y hace todavía más evidente que es un pan diferente. Toda una declaración de intenciones, sin duda.

De miga tierna y esponjosa, y enriquecida con pipas de girasol, este pan precocido encaja perfectamente en la oferta de cualquier establecimiento que busque autenticidad, sabor y versatilidad. Hablando de lo primero, es un producto que, precisamente, se elabora con tiempos muy largos de reposo y fermentación, lo que asegura una mayor durabilidad, y lo hace todavía más efectivo en cualquier negocio. Por si fuera poco, es un alimento que hay que descongelar unos minutos y dejar en el horno otros pocos más para que quede irresistible. Más fácil, imposible.
Contar con el Pan Labriego en el surtido ofrece una ventaja clara: agilidad y tradición. Se adapta, además, a todo tipo de elaboraciones: en bocadillos fríos con ingredientes como aguacate, tomate seco, pavo o queso de cabra; con platos calientes como guisos, carnes o verduras asadas; e incluso como deliciosa base de tostas o pinchos. También destaca en desayunos y almuerzos acompañado de mantequillas, mermeladas caseras o huevo revuelto.
El Pan Labriego es ese producto que no sabías que necesitabas y sin el que no podrás vivir a partir de ahora, ¿te animas a probarlo?
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