Parejas que se complementan: croissants y empanadillas, dos productos ganadores
Ya se sabe lo necesario que es ofrecer tanto productos salados como dulces para reforzar la variedad de opciones disponibles y llegar a todos los consumidores. Hay una pareja que seguramente no falle nunca en tu establecimiento: la que forman los croissants y las empanadillas.
En la variedad está la clave. Y es que no se puede apostar todo a una única baza. Es mejor disponer de productos diversos que enriquezcan el expositor y que puedan encandilar a diferentes segmentos de la población. Y eso incluye alimentos salados y, por supuesto, también dulces. Hay una pareja de alimentos, concretamente, que conviene incorporar a cualquier negocio: la que forman los croissants y las empanadillas.
Los croissants, ya se sabe, pueden aportar mucho a un negocio. Tienen un embriagador aroma, un color dorado irresistible, una forma más que atractiva, y un profundo sabor que se queda en las papilas gustativas. Con razón son uno de los productos de los que siempre hay que disponer en una panadería, cafetería u horno, algo que resulta especialmente sencillo gracias a las ventajas que ofrecen las masas congeladas para panadería.
Con el mismo cariño, mimo y respeto que las anteriores se hace también la masa de croissant, que sigue un cuidado proceso artesanal inconfundible. Y es que los productos de panadería congelados (entre los que hay, por supuesto, croissants) conservan todas sus cualidades intactas. Solo hay que darles un sencillo y rápido golpe de horno para que estén riquísimos. Fácil, rentable y a demanda, ¿quién da más?
Un croissant con masa de hojaldre, además, hace las delicias de quien lo prueba. Uno que destaca en su categoría es el croissant suprême de mantequilla. Ya fermentado y pintado con huevo, la perfecta armonía entre su textura hojaldrada y un suave sabor a mantequilla le otorgan un aroma y color característico y muy apetecible. Solo hay que descongelar entre 30-40 minutos y dejar en el horno a 180 grados unos minutos para ofrecerlo a tu clientela.
Y qué decir, por otro lado, de las empanadillas. Atún y tomate, pollo, pisto o argentina, hay sabores a los que nadie se resiste. Cómo hornear estas empanadillas es tremendamente sencillo, puesto que (y de nuevo gracias a las masas congeladas) solo hay que dejarlas descongelar 30-40 minutos y darles un golpe de horno a 180 grados.
Con una masa elaborada con masa escaldada, fina y crujiente, de aspecto artesano y con un generoso y abundante relleno, estas empanadillas siempre apetecen. Por cierto, ¿sabías que las empanadas argentinas son todo un mito en este país? Sus orígenes se remontan hasta el medievo, y hoy en día siguen siendo un elemento básico de su cultura alimentaria. La que puedes ofertar en tu negocio no tiene nada que envidiar a estas, puesto que es 100% argentina, y está rellena de carne de ternera, cebolla, aceitunas verdes y huevo duro condimentado con comino, un poco de orégano y pimienta. Irresistible, de verdad.
Hay parejas que sí. Siempre. Y una de ellas es la que forman los croissants y las empanadillas.