Qué tienen los croissants para ser tan irresistibles
Es una de las piezas de bollería más demandadas en todo el mundo. El croissant es sinónimo de textura crujiente y sabor irresistible, cualidades que lo han convertido en un producto al que pocos pueden resistirse.
Un bollo en forma de media luna que siempre apetece. Así es el croissant, una de las piezas de bollería que más triunfan en todo el mundo. Y es que las cualidades que atesora lo han convertido en un producto que no solo triunfa en el desayuno, sino también durante el almuerzo o la merienda.
Y es que nos podemos preguntar, qué características hacen del croissant con masa de hojaldre un capricho para todos los sentidos, y por qué este tipo de alimento despierta tanto furor, y es que desde su embriagador aroma, su color dorado, su atractiva forma, su elaboración esmerada y su profundo sabor que inundan nuestras papilas gustativas. No es raro, pues, que guste (y mucho) consumirlos, aunque, como todo, siempre se debe tener en cuenta que en una dieta equilibrada y saludable está la clave.
El croissant no solo encandila por ser un producto que cumple con estos requisitos. Además, tiene otros interesantes atributos. Por ejemplo, su textura crujiente. Un croissant con masa de hojaldre en el punto justo de crujiente en todas las capas es, sin duda, un acierto seguro. Y es que, pese a que pueda parecer que el croissant es un bollo muy sencillo de ejecutar, la perfección no está al alcance de todos. Una masa de croissant buena marca, en este sentido, la diferencia.
El sabor es otro de los aspectos que más destacan de un croissant y, específicamente, el equilibrio entre lo dulce y lo salado de este suculento alimento. Eso hace que sea muy fácil combinar un croissant con chocolates o mermeladas, pero también con fiambre o quesos (el croissant rebanado en dos, con jamón york y queso entre medias es todo un clásico). Por otra parte, la versatilidad, tamaño y livianeza del croissant también lo convierten en una pieza de bollería sublime, fácil de llevar y de comer. Además, queda igual de bien acompañado de un café que de un zumo de naranja.
Si tienes una panadería, cafetería u horno, incorporar croissants a tu expositor será muy sencillo gracias a los croissants congelados. Estos, realizados de forma artesanal y con la máxima calidad, permanecerán en tu congelador hasta que los necesites (es decir, a demanda, y reduciendo así el desperdicio de comida y gastos innecesarios). A continuación solo tendrás que darles un golpe de horno para que estén tan deliciosos como apetitosos y dejarlos en el mostrador. Seguro que volarán.
Tipos de croissants para cada paladar
¡Será por tipos de croissants! Como es un producto que suele funcionar tan bien en las panaderías, cafeterías y hornos no es de extrañar que su fórmula se haya ido combinando y variando para hacerla todavía más versátil y adaptada a distintos tipos de paladares. Actualmente, se pueden encontrar croissants para prácticamente todos los gustos.
Uno que destaca (y no es para menos) es el croissant intense con masa madre Hélène. ¿Qué tiene de especial? Su envolvente e intenso sabor a mantequilla que marida, además, con unas exquisitas notas aromáticas de caramelo que lo hacen único en su especie. No hay que descuidar la masa madre activa, que aporta ternura y humedad a la miga así como un mayor tiempo fresco. En este caso, solo hay que descongelar el croissant durante 30 minutos y darle un golpe de horno de 12-16 minutos a 180 grados, ¡facilísimo!
Pero aquí no acaba la cosa. Apunta todos los croissants que puedes tener en tu establecimiento: croissant clásico de margarina, croissant de chocolate con barrita, croissant suprême de mantequilla, o croissant chocochips con mantequilla, entre muchos otros. Escoge cuáles quieres incluir en tu negocio y deja que tus clientes disfruten de ellos. Ojalá todo fuera así de fácil, ¿no?