Panes de hornos de piedra: ¿qué aportan a tu negocio?

El pan es uno de esos productos que es sinónimo de tradición, sabor y textura. El pan artesano, concretamente, recoge siglos y siglos de tradición y demuestra que es un alimento que nunca pasa de moda. La forma de hacer pan es, en este sentido, crucial.

Formas de hacer pan hay muchas y cada día parece que más. Si algo ha demostrado el irrefrenable avance de la tecnología es que surgen nuevos inventos dedicados a hacer la vida de las personas más fácil y sencilla. Resulta curioso, por tanto, que cuando se habla de pan, de pan realmente bueno, se eche la vista hacia atrás y se recuerde la larga tradición de este alimento que se atesora en el mediterráneo.

Ya se sabe que, antiguamente, los tiempos para hacer pan eran largos y reposados. El pan se elaboraba al alba, frecuentemente por madres y abuelas, que lo amasaban con delicadeza y lo horneaban en los tradicionales y auténticos hornos de piedra. Y este, precisamente, es uno de los pasos imprescindibles para que un pan conserve toda su fuerza rústica: el horno de piedra. Pero, ¿qué le aporta este tipo de cocción exactamente al pan?

Los hornos de piedra se vienen utilizando desde los albores de la civilización, como demuestra la propia historia. Y es que uno no tiene más que visitar un yacimiento con miles de años para darse cuenta de que quedan vestigios de dichos hornos de piedra. Está claro el por qué se usaban tanto: aportan un sabor único a los productos; sus altas temperaturas permiten que el alimento quede perfectamente cocinado; y la masa y los toppings (en caso de que los haya) quedan especialmente crujientes gracias al calor constante.

Es lógico, por tanto, que todavía el pan se cueza en hornos de piedra en pleno siglo XXI pues su resultado, sin duda, se nota, y marca la diferencia. Si tienes una cafetería, panadería u horno, debes saber que hoy en día, gracias a las masas congeladas, y los productos de panadería congelados, es posible tener un delicioso pan cocido en hornos de piedra en tu establecimiento. El hecho de que el pan esté precocido no quiere decir que este pierda ni un ápice de su calidad, puesto que conserva todas sus cualidades intactas.

Además, el pan precocido congelado que se cuece en los tradicionales hornos de suela de piedra también tiene, como características únicas, una miga muy alveolada y una mayor durabilidad. Todo ventajas para un alimento que sigue siendo un imprescindible (siempre lo será) en cualquier panadería, cafetería u horno.

Diferentes panes, mismas ventajas del horno de piedra

El hecho de que el pan se cueza en este tipo de hornos no quiere decir que se limite su variedad. Desde hogazas suculentas hasta clásicos panes, existe gran diversidad para que tu clientela pueda disfrutar de distintas opciones. Todos, por supuesto, comparten el horno de piedra como clave en su realización y en su incomparable sabor.

Las hogazas, que suelen ser más gruesas que los panes (e ideales especialmente para tostas o tostadas), son prueba de ello. Además de haber sido cocidas en un horno de piedra, pueden tener como añadido una masa madre 100% natural, algo que proporciona un sabor característico. Entre las hogazas con masa madre más destacadas se pueden encontrar la hogaza campestre o la hogaza sarracena, aunque tampoco se debe perder de vista la sabrosa y versátil hogaza de agua, cuya estructura es extremadamente ligera y aireada.

El pan de agua, como su nombre indica, destaca por su mayor contenido en agua, por una miga muy fresca y por su aspecto artesano, resultado de estar cocido en horno de suela de piedra (no podía ser de otra forma). Su proceso de elaboración tradicional permite, además, mantener una altísima hidratación de la masa. El pan de huerta familiar, por otro lado, sobresale por su altísima hidratación y su lento proceso de elaboración, algo que conlleva que este alimento sea crujiente, ligero y duradero. Y estas son solo algunas de las opciones, pero hay muchos más productos realizados en hornos de piedra que puedes incorporar a tu negocio.

Dicen que hay cosas que nunca cambian, como seguir haciendo panes en hornos de piedra. Visto lo visto, normal que sea así.