La presentación de los postres, clave para su éxito

Que cuando se sale a comer fuera hay que dejar siempre sitio para el postre es una verdad indiscutible. Por ello, conviene saber cómo presentarlos de la mejor forma posible para conquistar, no solo el paladar, sino también los ojos de los comensales.

En el mundo hay dos tipos de personas: las que piden postre, y las que no piden, pero no dudan en coger un trozo cuando llega a la mesa. Y es que estos últimos son, en parte, los más astutos, puesto que solo se deciden a coger la cuchara cuando ven con sus propios ojos el postre. Algo que, sin duda, dice mucho sobre la importancia de presentar los dulces a los comensales.

Si tienes un negocio de hostelería donde, por supuesto, ofreces este tipo de alimentos, debes conocer los aspectos fundamentales para que los postres se conviertan en un objeto de deseo para el cliente. Y es que, después de una buena comida, los dulces se convierten en los platos perfectos para culminar con una óptima experiencia gastronómica. Llegados a este punto, nadie se puede permitir el lujo de decepcionar.

¿Qué puedes servir en tu establecimiento? Hay multitud de opciones, especialmente ahora que las masas congeladas se han convertido en una opción perfecta para conservar productos con sus características intactas. Como lo oyes: la plancha de hojaldre, por ejemplo, permite disponer de un exquisito postre de forma fácil y rentable. Y, si eres un amante del chocolate y quieres ofrecer a tus clientes el mejor postre de esta categoría, no lo pienses más: el coulant es para ti.

El coulant, un dulce francés que goza de gran popularidad, consiste en un apetecible bizcocho de chocolate cuya sorpresa está en el interior, puesto que su corazón también es de chocolate, en este caso, fundente. Todo ello hace que su masa tenga una textura húmeda y su sabor sea potente y delicioso. Además de estar riquísimo, no podría ser más cómodo de preparar: solo hay que introducirlo sin descongelar en el microondas a máxima potencia unos pocos segundos y ¡listo para disfrutar! Lo cierto es que prácticamente nadie se puede resistir al coulant cuando aparece su nombre en la carta de postres. Por algo será.

La presentación del coulant también resulta sencilla, puesto que se puede acompañar con una bola de helado, chocolate caliente o cualquier tipo de fruta. Respecto al tipo de plato, es mejor si es redondo y pequeño, de forma que el postre sea el principal protagonista de la superficie que ocupe. La originalidad en cuanto a la vajilla, además, suele premiarse, por lo que no dudes en arriesgar y hacer que tu plato luzca interesante y delicioso.

Las tartas, otros manjares dulces para chuparse los dedos

Los coulant son una apuesta segura, eso es así; pero también las tartas y las planchas cautivan a los clientes en los restaurantes. Plancha de tiramisú, plancha de Selva negra, plancha de San Marcos, plancha de queso y arándanos… tienes muchas a tu disposición para elegir. Además, como van precortadas en 30 raciones son perfectas como el postre de algún menú diario para rematar la comida. Se pueden acompañar con algún rico sirope en el plato que le dé un toque de personalidad.

Y, por último, se encuentran los exquisitos brownies o las tartas, que se pueden tener tanto en un restaurante como en una cafetería, donde para desayunos y meriendas triunfan de forma segura. Tanto en el caso de las planchas, como en el de las tartas, los platos alargados suelen ser una buena opción, ya que permitirá que se pueda decorar en un extremo u otro con frutos secos o algún otro ingrediente para complementar el dulce.

La tarta de cheesecake, la tarta de carrot, la tarta red velvet, o la tarta de doble bombón son solo algunas de las posibles opciones. Postres, todos los anteriores, que recuerdan que aunque muchas veces la gente se resista a pedir, el toque dulce es el gran triunfador para cerrar una buena experiencia culinaria.