Consejos para hornear croissants deliciosos

La creación del croissant se remonta al lejano siglo XVII y, frente a la creencia popular, su origen no es Francia, sino Austria. Hoy en día el croissasnt, es uno de los triunfadores indiscutibles en los expositores de panadería.

Su nombre, croissant, hace pensar que este delicioso producto, que encandila por igual a adultos y niños, fue inventado en Francia. Sin embargo, la gran mayoría de expertos coinciden en que procede, en realidad, de Viena (Austria), donde se creó en torno al siglo XVII. Cuando, poco a poco, fue conquistando Europa fueron los franceses los que se apropiaron de él. Para ello, oficializaron su nombre (croissant) y crearon una versión ligeramente más hojaldrada.

Hoy en día, el croissant es uno de esos productos que no pueden faltar en el expositor de tu establecimiento. Tengas una cafetería, una panadería o un horno, el croissant resulta un alimento tan versátil como sabroso que siempre apetece. Quizá sea por su inconfundible y suave sabor a mantequilla, su textura crujiente o sus finas capas de hojaldre, pero el croissant es un clásico que nunca pasa de moda.

Para tener siempre en tu establecimiento, las masas congeladas son la mejor opción. Una masa de croissant de estas características permite descongelarlo y hornearlo a demanda, con lo que puedes garantizar una correcta rotación del producto y que se ajuste a las peticiones de tu clientela. Un delicioso croissant con masa de hojaldre es, sin duda, uno de esos antojos que siempre debes intentar satisfacer.

No solo eso: hay muchas formas de ofrecer un croissant. El croissant de chocolate o el mini croissant de chocolate son la mejor opción para los golosos, pero un croissant de hojaldre sin relleno, que se pueda combinar con unas finas lonchas de fiambre, tomate natural y unas hojas de rúcula también hace las delicias de los que se decantan por lo salado.

Los croissants congelados suponen la mejor manera de poder disponer de este producto, aunque lo que realmente marcará la diferencia será cómo le des el último golpe de calor. Para ello, te traemos una serie de recomendaciones que puedes empezar a aplicar ya mismo para que tus croissants luzcan de la mejor forma posible.

 

El golpe de horno marca la diferencia

Hornear croissants congelados resulta muy sencillo si sabes cómo. Para ello, lo primero que tienes que hacer es sacarlos de la caja y colocarlos sobre la bandeja. Lo recomendable es que sitúes unos doce por bandeja y dejes una distancia prudencial entre cada uno. A continuación, hay que dejarlos descongelar durante unos 15 minutos, tiempo suficiente para que estén listos para introducirlos en el horno, que puedes dejar precalentando a 180 grados durante unos 5 minutos.

El primer truco para hacer que los croissants congelados tengan todavía mejor aspecto es pintarlos con huevo batido antes de meterlos en el horno. Para ello, solo hay que batir un huevo y, con un pincel, cubrir la superficie. Este sencillo gesto hará que el color natural del croissant se realce.

Después, toca hornear unos 15 minutos aproximadamente. A media cocción, conviene darles la vuelta para asegurarse de que estén perfectos, y sacarlos para dejarlos enfriar a continuación unos 5 minutos, aunque cueste resistirse a esos croissants recién salidos del horno.

Y ahora viene la parte más divertida: decorar al gusto. Uno de los consejos es pintar con almíbar para que los croissants tengan más brillo y atraigan más la mirada. Y, si realmente quieres que llamen la atención, puedes recurrir a croissants más atípicos, como el mini croissant supreme relleno de chocolate y mantequilla y decorado con virutas de chocolate por encima; el croissant multicereales con mantequilla y crema de chocolate; o el croissant chocochips con mantequilla.

Sea cual sea el tipo de croissant que elijas para tener en tu panadería, cafetería u horno, este seguro que conquistará el estómago de tus clientes por su sabor y textura. Además de impregnar tu establecimiento de un aroma irresistible. Bon appétit!