La importancia del pan en la dieta mediterránea
Menos carne e hidratos de carbono, y más alimentos vegetales y grasas monoinsaturadas. Estos son algunos de los ejes que vertebran la llamada “dieta mediterránea”, donde el pan cumple un papel decisivo.
Verduras, legumbres, fruta, pescado, carnes blancas, pasta, arroz, frutos secos… y, por supuesto, pan. Todos estos alimentos forman parte de la dieta mediterránea; una dieta que encuentra su principal origen en España e Italia, y su clima; y que tiene alimentos como el trigo, el olivo y la vid como parte indispensable. Tan destacada es en todo el mundo la dieta mediterránea que la UNESCO la ha declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En esta dieta, el pan resulta esencial. El por qué es sencillo. El pan es un alimento completo, saludable y básico, no sólo por sí mismo, sino también como complemento del resto de alimentos. El pan, en una cantidad moderada (como todo), aporta diferentes nutrientes como hidratos de carbono complejos, fibra (especialmente si es integral), proteínas vegetales, e importantes minerales y vitaminas que resultan esenciales para el correcto funcionamiento del organismo. Además, tiene muy poca grasa y nada de colesterol.
Y es que los cereales son alimentos básicos que suministran nutrientes esenciales, tal y como señala la especialista en Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid Ángeles Carbajal Azcona. Según ella, los cereales “forman parte de las recomendaciones dietéticas de todos los países”. En España, concretamente, las guías alimentarias indican que cada día, y en una de las tres principales comidas del día, “hay que incluir 1-2 raciones de cereales, preferentemente integrales”, como el pan, la pasta, el cous-cous u otros.
El pan y las masas congeladas son dos conceptos profundamente ligados. El crecimiento de uno resulta indispensable para el otro en la actualidad. Y las masas congeladas, por todos sus beneficios, ya son imparables. De hecho, y según la Asociación Española de la Industria de Panadería, Bollería y Pastelería (ASEMAC), el mercado nacional de masas congeladas ha crecido en los últimos 30 años de forma exponencial. En 2019, se alcanzaron las 943.000 toneladas. ¿Una de las explicaciones? Fácil: la rentabilidad que aportan las masas congeladas frente a otros tipos de elaboraciones resulta imbatible.
Y es que las masas congeladas para panadería y las masas congeladas para hostelería han aumentado en los últimos años por factores económicos; pero su éxito no sería tal si no fueran parejas a la mayor conciencia del consumidor, cada vez más centrado en adquirir productos saludables, diversos y de calidad; justo lo que proponen estos productos que ofrecen las compañías dedicadas a la distribución de pan congelado o la venta de pan congelado al por mayor.
De hecho, en el Congreso del Pan, COPAN21, se evidenciaron algunas cifras sobre el comportamiento del consumidor y su mayor implicación en el proceso de compra. Por ejemplo, se arrojó el dato de que el consumo de pan integral ha crecido más de un 12% en 2020; un hecho que también tiene mucho que ver con cómo el público busca nuevas variedades, nuevos productos y, en definitiva, nuevos panes.
Los nuevos sabores y la mezcla de cereales, sumado a las variedades de siempre, se combinan en una oferta donde el pan precocido congelado también es clave del triunfo de esta industria por su rentabilidad y por la calidad y variedad que el consumidor encuentra en él. Por todo ello, el pan, no cabe duda, es el gran protagonista del momento.
Mitos y verdades en torno al pan
El pan precocido congelado, y en general cualquier tipo de pan, ha tenido que sufrir las consecuencias de informaciones en muchos casos fraudulentas. Por ello, muchas veces el consumo de pan ha sido visto con malos ojos, y se han difundido mitos a su alrededor. Mitos, que no verdades.
Desmentirlos, eso sí, no resulta difícil, como demuestran asociaciones como PAN CADA DÍA, que contribuyen a arrojar luz sobre estas falsas leyendas. Por ejemplo, el pan, lejos de lo que se ha considerado, no contribuye al sobrepeso ni a la obesidad.
De hecho, una dieta rica en pan, especialmente en el caso del pan integral, puede favorecer una disminución del peso, de la circunferencia de la cintura y del índice de masa corporal, según el estudio ‘Influencia del consumo de pan en el estado ponderal: revisión sistemática’, del doctor Lluís Serra Majem y la doctora Inmaculada Bautista Castaño, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Beneficios de diferentes tipos de panes
El pan es un alimento nutritivo, económico, versátil, fácil de usar, siempre a mano y con una variedad para poder elegir. ¿Cuáles son algunos de los panes más comunes y qué beneficios aportan?
Conocer esta información te será muy útil como herramienta de venta, puesto que podrás ser más preciso al recomendar los productos de tu establecimiento:
- Pan blanco: Este tipo de pan es una fuente de nutrientes y energías. Además, tiene un bajo nivel de grasas, es rico en hidratos de carbono, y contiene calcio y hierro. Es uno de los panes más conocidos y también más consumidos.
-Pan integral: La principal diferencia entre el pan blanco y el pan integral es que en este último se ha utilizado harina de trigo sin refinar. El integral es más nutritivo que el blanco, y rico principalmente en fibra, vitaminas del grupo B y algunos minerales como el magnesio. También favorece más la digestión.
- Pan de cereales: Un pan de cereales se caracteriza fundamentalmente por la energía que aporta gracias a sus hidratos de carbono y fibra (también importante para evitar problemas de estreñimiento). Por otro lado, resulta muy versátil al poder incluirse en diferentes comidas.
- Pan de semillas: Chía, lino, sésamo o calabaza pueden coronar el pan de semillas, que destaca por ser una elevada fuente de fibra para el organismo, puesto que las semillas contienen vitaminas, minerales y omega3. Además, contribuye a la salud intestinal y también puede prevenir enfermedades crónicas por las grasas naturales y los minerales que aporta al cuerpo.
Por qué convertirse en un prescriptor de pan
Todos los motivos anteriores son valiosas razones para ofrecer pan a tus clientes. No solo por sus numerosos aportes nutritivos, sino por lo fácil que resulta ingerirlo como parte de la dieta mediterránea junto con otros productos saludables. Las bondades de este producto milenario son notables y, al comprar pan congelado lo único que haces es acercarlo a los consumidores de la forma más rentable para ti y ofrecerles, de paso, productos de gran calidad y de mucha variedad. Como se suele decir: todas las partes salen ganando.
Seguir difundiendo la importancia del pan y sus beneficios para la salud será clave para incrementar su consumo año tras año. Convirtiéndote en prescriptor de pan, en amante de este producto y sabedor de sus características, contribuirás a su crecimiento en la industria.