Consejos técnicos para conservar productos de panadería en verano
El verano ya está a la vuelta de la esquina. El periodo estival trae unas inmensas ganas de comerse el mundo y las ya clásicas altas temperaturas. Y estas afectan, prácticamente, a todos los aspectos de la vida.
El verano ya ha llegado. Después de unos cuantos meses de actividad frenética, las vacaciones están cada vez más próximas y llega la merecida recompensa tras unos meses arduos. Pero, con el verano, también irrumpen las altas temperaturas.
Beber mucha agua o líquidos sin esperar a tener sed, permanecer en lugares frescos, bajar las persianas, hacer comidas ligeras, evitar las actividades al exterior o utilizar ropa ligera y de color claro son, entre otros, algunos de los consejos básicos para enfrentarse al verano que siempre conviene tener en mente. Y, de la misma forma que hay que tener presente estas sugerencias, hay que aplicar similares consejos a la hora de conservar un producto en perfectas condiciones.
Las masas congeladas o el pan precocido congelado permiten disponer de alimentos sabrosos y rentables en una cafetería, panadería u horno con una calidad óptima, puesto que sus cualidades y características quedan intactas en el momento en que se congela. Sea cual sea el producto que ofreces en tu negocio (desde pan de agua hasta napolitanas de crema, pasando por muchos otros), todos deben preservarse de la mejor forma posible para garantizar su perfecto estado.
Y es que el producto que se sirve en un establecimiento debe ser tratado con respeto y delicadeza todo el año, pero con especial mimo en esos lugares donde las altas temperaturas obligan a cuidar con especial ahínco los alimentos. Es en estos momentos cuando más cuidado tienes que tener a la hora de mantener y descongelar productos como el pan precocido sin romper en ningún momento la cadena de frío. ¿Cómo hacerlo exactamente? Sigue leyendo.
Consejos técnicos para tratar los productos
Desde el almacenamiento hasta la descongelación, existen una serie de consejos a nivel técnico a la hora de tratar los productos procedentes de masas congeladas. Toma nota para no perder ni un ápice de su calidad en el proceso.
Almacenamiento
La bollería o la bollería salada, como el resto de productos, debe almacenarse siempre en cámaras de congelación hasta el momento de su uso a una temperatura estable de -18 grados. Por otro lado, no se puede dejar los alimentos sueltos sin más dentro de la cámara, sino que hace falta conservarlos en su respectivas bolsas de plástico convenientemente cerradas.
Que estén en el interior de una cámara de congelación no quita para ser cuidadosos y, sobre todo, organizados. Disponer siempre de masas congeladas para hostelería en tu negocio pasa por controlar el stock para prever los pedidos y evitar quedarse sin existencias, colocar el producto para facilitar su reconocimiento y dejar en primera línea los productos almacenados más tiempo para darles prioridad y, así, respetar las fechas de caducidad.
Descongelación
Tan importante como la parte de almacenamiento es la respectiva al proceso de descongelación, más todavía cuando las altas temperaturas llegan. Por ello, lo primero que debes tener en cuenta es sacar el producto del congelador el mínimo tiempo posible con el fin de evitar cambios bruscos de temperatura mientras la cámara esté abierta.
La descongelación debe realizarse en lugares cerrados y, además, sin corrientes de aire, ya que estas pueden resecar las piezas. También debes respetar los tiempos de descongelación indicados en cada producto, ya sea un mini croissant de chocolate o cualquier otro alimento. Y, por supuesto, un producto descongelado no puede volverse a congelar.
Siguiendo al pie de la letra estos consejos técnicos será más fácil que nunca conservar todos los productos de tu negocio o establecimiento en las condiciones óptimas para que su resultado no se vea afectado. Y es que, a pesar de las altas temperaturas, hay algo que no cambia en ninguna estación del año: los irresistibles productos de una cafetería, panadería u horno.