El pan labriego es el resultado de la unión del sabor inconfundible del maíz con la textura y el toque untuoso de las semillas de girasol.
CORTEZA fina y muy crujiente, ofreciendo una experiencia agradable al morderla. Una greña viva cruza toda la superficie, revelando el tono amarillo del interior, señal de un pan diferente.
MIGA tierna y esponjosa, con un tono amarillo vibrante y enriquecida con pipas de girasol.
Panes de suela plana cocidos en los tradicionales Hornos de Suela de Piedra. La elevada y constante temperatura de este tipo de cocción dota al pan de una corteza rústica muy crujiente y una miga muy alveolada, consiguiendo una mayor durabilidad.
La calidad de las materias primas y el proceso artesanal permiten una alta hidratación de los productos, lo que se traduce en una mayor durabilidad.
Panes elaborados con tiempos muy largos de reposo y fermentación, que favorecen la liberación de los aromas, texturas y sabores propios de un gran pan.
