El nuevo tallo cristal, el bocata que pide un mordisco

El almuerzo de siempre, la merienda de los más pequeños, la comida socorrida de viajes y excursiones, el capricho de estar solo en casa, el homenaje del fin de semana o el rey de las cenas en reunión. Pocos alimentos despiertan tantas pasiones como el bocadillo.

¿Pero de dónde viene esta opción tan respetada en nuestro país? El origen del bocadillo es tan antiguo como el pan y hay una gran diversidad, dependiendo del contenido, la forma de preparación, el uso de salsas u otros aditivos. La palabra bocadillo viene de «bocado», que deriva del latín «bucca» (boca). De hecho, en la época de Cervantes, al mejor invento de la historia lo llamaban así, «bocado». Pero su origen es tan antiguo como el del pan, puesto que existen evidencias de que, en la era precolombina, en diversas partes de América, las poblaciones indígenas ya preparaban tortillas de maíz para rellenarlas de comida y tomarlas con las manos.

El bocadillo o bocata, debe reunir cuatro cualidades básicas: debe ser fácil de preparar, variado, rápido y cómodo. Y por supuesto debe ser de pan, pan. Esa es una de las características que lo diferencian de un sándwich. Básicamente cada bocado debe quedar grabado en la mente del consumidor y eso ahora es posible gracias a las características propias de la Gama Cristal: textura, ligereza, alveolado y durabilidad.